miércoles, 28 de mayo de 2014

Arte Dubai

Si en algo se ha convertido Art Dubai en sus ocho años de vida es el mayor referente de arte contemporáneo del Medio Oriente e Irán. De hecho, el emirato árabe vuelve a ser estos días el sofisticado escaparate en el que se muestran las obras de los codiciados iraníes, los trabajos recién horneados de los artistas sirios en el exilio y de los siempre pujantes libaneses. El mejor lugar sin duda para tomar el pulso a los sauditas que salen del silencio del Reino del Desierto causando gran expectación y haciendo escalar sus precios en las subastas de Christies. Incluso aquí se puede tomar nota de las artistas de estos países en su mayoría musulmanes, porque el 50% exacto de los que exhiben aquí está realizado por mujeres (una división tan matemática y perfecta que huele a campaña de márketing de la organización).
Esta nueva edición que se celebra hasta el 22 de marzo en Madinat Jumeirah da cabida a más de 85 galerías de 34 países diferentes, 500 artistas y obras valoradas en más de 32 millones de euros. A la extensiva muestra de Arte Contemporáneo, se una retrospectiva de los clásicos modernos de medio Oriente. Y como invitado especial, el arte del Cáucaso y de Asia Central. "Es la mayor feria de la región", asegura orgullosa la directora de Art Dubai, Antonia Carver. "Queremos que Art Dubai sea un lugar no sólo de intercambio de ideas, sino que también de producción de nuevas ideas".
Y en ese intercambio contínuo de ideas y de arte destacan estos días en las paredes de Art Dubai las obras acrílicas abstractas de la consagrada artista Palestina, Samia Halaby. Una explosión de color, de pinceladas cromáticas que "trasladan el lenguaje de su mente". También lo hacen las fotografías en blanco y negro de los rostros sobre los que los que la controvertida artista iraní, Shirim Neshart, escribe a mano en farsi los versos del Libro de los Reyes persas. Sus obras, pese la gran polémica que las suele acompañar por hurgar en el papel de la mujer en el mundo islámico, han sorteado la censura que siempre acompaña a Art Dubai. Y es que, aquí, nada se expone si atenta contra la religión, los emiratos árabes o los jeques que lo gobiernan. No sería la primera vez que se veta un cuadro pese a la "autocensura" de propias galerías.

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